17.10.05

Ojos gastados

No
no es cansancio
son pupilas sin tiempo
desgastando las horas
recordando tu cara en mis manos
pero no te preocupes
son tus manos las que tocan
son tus ojos los que sienten
y es el aire el que observa
desde cada rincón
como pasa el tiempo
al costado de tus labios
contorneando la cintura sin temores
acompañándome el silencio
recortándote el sol.

16.10.05

Transportación

En la distancia se divisa tu contorno
allá, recostado
en la oscura infinidad del tiempo
oculta tras el paso de las horas
con el llanto recorriendo tus mejillas
con mis manos recorriéndote en mi mente.
Muere o duerme el cansancio
al mirar las hojas que te estampan
en retazos de incoloro palpitar.
Ahora soy nadie, dicen
renombrando la olvidada soledad
que se mete en mi ventana
mientras cae el rocío sobre mi cara
envolviendo mi sonrisa con tu rostro
humedeciendo mis dedos
con la miel de tu cuerpo
y saboreando el sueño
que me espera en mi cama
donde te voy a encontrar.

13.10.05

Testimonio II

Al aparecer su voz del otro lado, cerró un susurro de golpe, manteniendo el aire, manteniéndose en pie. Despertó de golpe de un sueño, descubriendo el temblor de sus manos, agarrando fuerte su piel. Del otro lado el susurro era hermoso, pronunciando su nombre nombraba caricias, suaves como el aire, dulces como su voz.
Recostado ya en silencio, pensó en el tiempo y el volver, donde todo pasa cada tanto, donde todo fue y será cantando por demás. Caminó en su cama hasta el techo, tratando de alcanzar el sueño, que escapaba entre las fotos en su mente, que temblando en 3 colores lo hacían llorar. Una sonrisa se notaba en su oscuridad, sombría como sus cejas, alegre como su boca cuando está con ella.
Al amanecer las luces eran días y los pájaros Mesías del que dirán, y las nubes contorneaban un fuiseremos repetido, que dejaba ver un poco de sentido, entre las ramas del cansancio y las gotas de sudor. Alguien gritó a lo lejos su nombre, como quien intenta despertar la calma. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y su pecho comenzó a llorar, sin saber por qué.
De repente todo el anhelo aulló un silencio, y despertó entero en su abrazo, saboreando la posible tempestad, suspirando entre bostezos el pecado de amar.

9.10.05

Decálogo inconcluso

Cartílagos desiertos que sangran caricias
se tornan en verde a la hora del mar
donde tu piel se hace carne en mis manos
donde tu cielo se hace ola en mi amar.
Decálogo inconcluso de mi ser
se esconde en mi bolsillo izquierdo
refugiando un recuerdo pasajero
de las tempestades nocturnas
del sujeto renacer.
Paraísos insoportables
acomodan su cuerpo en mi arena
donde dejé la mirada perdida
donde busqué la primera impresión
cuando desperté de mi vida dormida
y me enterré en el cajón azul
que con el trajín del día
se tornó miseria
para darme de comer.

De repente

Días pasaron sin luz.
Las velas desplegadas en el aire
surcaban mares nocturnos
remando consigo el sueño
soñando con poder llegar.
De a poco se acercó un oleaje
con tu boca marinera
conduciendo el tiempo al viento
bailando entre tormentos
sin dejar de caminar.
Todo el mundo sorprendió un silencio
y se cayó de golpe el telón
las ventanas susurraban miedos
y dos visitas inesperadas
posadas en el balcón
nos cantaron sonrojadas
la canción que hoy canto yo.