13.10.05

Testimonio II

Al aparecer su voz del otro lado, cerró un susurro de golpe, manteniendo el aire, manteniéndose en pie. Despertó de golpe de un sueño, descubriendo el temblor de sus manos, agarrando fuerte su piel. Del otro lado el susurro era hermoso, pronunciando su nombre nombraba caricias, suaves como el aire, dulces como su voz.
Recostado ya en silencio, pensó en el tiempo y el volver, donde todo pasa cada tanto, donde todo fue y será cantando por demás. Caminó en su cama hasta el techo, tratando de alcanzar el sueño, que escapaba entre las fotos en su mente, que temblando en 3 colores lo hacían llorar. Una sonrisa se notaba en su oscuridad, sombría como sus cejas, alegre como su boca cuando está con ella.
Al amanecer las luces eran días y los pájaros Mesías del que dirán, y las nubes contorneaban un fuiseremos repetido, que dejaba ver un poco de sentido, entre las ramas del cansancio y las gotas de sudor. Alguien gritó a lo lejos su nombre, como quien intenta despertar la calma. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y su pecho comenzó a llorar, sin saber por qué.
De repente todo el anhelo aulló un silencio, y despertó entero en su abrazo, saboreando la posible tempestad, suspirando entre bostezos el pecado de amar.