La última sombra sobre la arena
Descalza sobre la húmeda arena y contemplando el vaivén de las horas
cansada ya de la derrota y del no encuentro
hundió su anhelo junto a sus dedos
descartando que el dolor no es pasajero en estos tiempos
y con la fría pena de no volver a ver
el tiempo aquél en que el delirio era sonrisa en los pulmones
y que el desvelo era una causa justa en su parecer.
Decidida a desterrarse para siempre de si misma
con la certeza de que el camino se torna gris sobre las olas a su frente
y certeceando no haber nacido en sus pies inertes bajo ese cielo
tomó aire entre sus puños
como besos de aguacero
y echó a correr hacia el jamás
sin ver por última vez
que no podía ver a sus espaldas
al silencioso que bajo lágrimas
la vio partir, ya para siempre
sin debatir el mutuo amar.
cansada ya de la derrota y del no encuentro
hundió su anhelo junto a sus dedos
descartando que el dolor no es pasajero en estos tiempos
y con la fría pena de no volver a ver
el tiempo aquél en que el delirio era sonrisa en los pulmones
y que el desvelo era una causa justa en su parecer.
Decidida a desterrarse para siempre de si misma
con la certeza de que el camino se torna gris sobre las olas a su frente
y certeceando no haber nacido en sus pies inertes bajo ese cielo
tomó aire entre sus puños
como besos de aguacero
y echó a correr hacia el jamás
sin ver por última vez
que no podía ver a sus espaldas
al silencioso que bajo lágrimas
la vio partir, ya para siempre
sin debatir el mutuo amar.