22.10.04

Y se fue...

Y se fue nomás,
aquella sensación de angustia por no saber que pasará.
Y se fueron los nervios y la ansiedad,
pero no se fueron las ganas de volar.
Se fue mi alegria,
junto con tantas fantasias.
Se fue un sueño palpable,
amarrado a globos de colores,
y a nubarrones inapagables.
Se fue esa leve sonrisa,
las fuerzas, y las caricias.
Se fueron los planes, tal vez puedan regresar,
pero el caso es que se fueron, echaron a volar,
maldita contradicción.
Se fueron cielos, arcoiris y mil risas...
Se fue todo al carajo.






P.d.: no hay pasajes

15.10.04

ACLARACIÓN...

A ver... voy a aclarar algo... al texto "Ella y Él (pinares y mar)", NO le faltan comas. Está hecho así a propósito, para que se lea de corrido, para llegar sin aire al punto. Pero aparentemente, son todos unos cerrados y tienen una sola forma de colocar los signos de puntuación... como se lo inculcaron, y no como el escritor quiere q sea leido el texto. Yo se lo leeria como fue pensado, pero se me complica un poco... si alguno tiene un sitio donde pueda subir un wav o un mp3, lo leo, lo grabo, y lo escuchan, asi no joden, ¿si? Manga de cerrados.
el próximo que me diga que me faltaron comas... :@

y por si no les entra, acá lo subo de nuevo, con TODAS las comas que se les cante.
amén. ***

Ella y Él (pinares, mar y comas)
Ella era una joven doncella, soñadora de pinares celestiales colgantes, del último pináculo del séptimo monte, de las perdidas cumbres de Kobiarán.

Él era un simple muchacho alegre, de ruborosa sonrisa y quejosas mejillas, soñador de los mares y las islas de la cuenca menor del Océano Plámtico, que roza las costas de Kobiarán.
Ella tenía en su torre un amplio dibujo de lo picos nevados, invierno y verano, de la inmensidad de las cumbres de Kobiarán.
Él sólo tenía el aroma a vainilla y sal de aquellos mares lejanos, que una vez conoció en sus sueños, cuando una fría noche aprendió a volar.Ella esperaba, ansiosa por conocer esas alturas, la llegada de algún intrépido alado que la ayudara a llegar, sin mayores esfuerzos, y aún con menor voluntad.
Él, un día, soñando, cruzó su vuelo por la torre de la bella Ella, y desvió su rumbo de mares para llevar a su nueva amada a las sombras perdidas de su querido pinar.
Ella rió, gritó, festejó, cantó y hasta al joven besó, por hacerle conocer la fragancia, la textura y la serenidad de la nublada flora del séptimo monte, de las perdidas cumbres de Kobiarán.
Él perdió el sentido y el rumbo a los cálidos mares, de blancas gaviotas de vuelo rasante que siempre soñó, por quedarse, atontado, mirando la hermosa mirada de la dulce doncella de la torre, perdida soñadora de pinares colgantes.
Ella un día decidió que sus pinos eran mas lindos en el dibujo colgado en la pared norte de la torre derruida de antaño y de tanto pesar, y decidió sola la vuelta retomar.
Él quedó perdido en la inmensidad de una montaña, ahora sombría, sin brillo ni vida, rodeado de miedos, gritos, silencios y ojos por demás, y no consiguió su sueño recobrar.
Ella sigue sonriente en lo alto de la torre, admirando el paisaje que una vez tuvo, pero nuca tendrá, anonadada en sus pensamientos, y su temor a la libertad.
Él busca cada día recordar el camino, a vaya uno a saber que lugar, que alguna vez soñó, en quien sabe que remoto paraje, y sólo logra, día tras día, por la ventana de la torre pasar.
Ella lo saluda sonriente.
Él... no hace mas que llorar.
,
,,,
,
,
***;

Ella y Él (pinares y mar)

Ella era una joven doncella soñadora de pinares celestiales colgantes del último pináculo del séptimo monte de las perdidas cumbres de Kobiarán.
Él era un simple muchacho alegre de ruborosa sonrisa y quejosas mejillas soñador de los mares y las islas de la cuenca menor del Océano Plámtico que roza las costas de Kobiarán.
Ella tenía en su torre un amplio dibujo de lo picos nevados invierno y verano de la inmensidad de las cumbres de Kobiarán.
Él sólo tenía el aroma a vainilla y sal de aquellos mares lejanos que una vez conoció en sus sueños cuando una fría noche aprendió a volar.
Ella esperaba ansiosa por conocer esas alturas la llegada de algún intrépido alado que la ayudara a llegar sin mayores esfuerzos y aún con menor voluntad.
Él un día soñando cruzó su vuelo por la torre de la bella Ella y desvió su rumbo de mares para llevar a su nueva amada a las sombras perdidas de su querido pinar.
Ella rió gritó festejó cantó y hasta al joven besó por hacerle conocer la fragancia la textura y la serenidad de la nublada flora del séptimo monte de las perdidas cumbres de Kobiarán.
Él perdió el sentido y el rumbo a los cálidos mares de blancas gaviotas de vuelo rasante que siempre soñó por quedarse atontado mirando la hermosa mirada de la dulce doncella de la torre perdida soñadora de pinares colgantes.
Ella un día decidió que sus pinos eran mas lindos en el dibujo colgado en la pared norte de la torre derruida de antaño y de tanto pesar y decidió sola la vuelta retomar.
ÉL quedó perdido en la inmensidad de una montaña ahora sombría sin brillo ni vida rodeado de miedos, gritos, silencios y ojos por demás, y no consiguió su sueño recobrar.
Ella sigue sonriente en lo alto de la torre admirando el paisaje que una vez tuvo pero nuca tendrá, anonadada en sus pensamientos y su temor a la libertad.
Él busca cada día recordar el camino a vaya uno a saber que lugar que alguna vez soñó en quien sabe que remoto paraje, y sólo logra día tras día por la ventana de la torre pasar.
Ella lo saluda sonriente.
Él... no hace mas que llorar.

13.10.04

Ese día...

Si algún dia dejás de ser tan linda, por favor… me avisas… si? Que ese día, tal vez, logre ser feliz.
Y si ese día no llega… bueno, que le voy a hacer, no puedo hacer nada… lamentablemente sos todo lo que puedo ver, por mas que no te pueda ver.

12.10.04

Si aún...

Si aún siento que te quiero, no me claves el frío veneno en la espalda.
Si aún pienso que te extraño, no mires a la luna, que el reflejo de tus ojos en ella no me dejan dormir.
Si hoy creo q todo está perdido, no aparezcas en mi puerta, déjalo todo, perdido así.
Si acaso tu vida es mas feliz sin mi, festéjalo, pero no me invites, y se feliz.
Si no puedo dejar de pensarte en mis silencios, no hagas ruido, y vete en silencio, de puntillas, lejos de aquí.
Si tu aroma asoma por mi ventana, lava tus sueños, y marchita mis besos.
Si aún espero encontrarte al dar vuelta la esquina, grita fuerte, y hazme saber lo lejos que estás de mi.
Si por ahí se me cruza seguir tu grito, cierra la boca, y echa a correr.
Si te grito, si te miento, si te alejo… escucha mis silencio… que sigilosos, dicen suave aún te quiero.
Si tus ojos no me miran, si tus labios no me anhelan, si tu almohada no me ve, házmelo saber, que necesito arena, para apagar el fuego.
Si aún brilla una estrella, guardala en una cajita, y si algún día brilla un pequeño cielo… recién ahí, cuéntame ese cuento, que algo habremos de hacer.
Pero si un día una vertiente tuerce rumbo, y toma mi camino, tócame el hombro, hacémelo ver, que todavía hay sed, y no pude despedirme de tus mares, y queda mucha vida por recorrer.

6.10.04

¿Y que...?

¿Y que si aún te extraño? Si busco refugio en mi almohada, en la gruesa frazada que me da calor, en los brazos de la oscuridad y de la noche, de la brisa fresca de la primavera.
¿Y que si aún te quiero? tal vez de otra manera, y hasta no queriéndote querer, queriéndote sin querer, así, como de casualidad.
¿Y que si aún te sueño? esplendida, como siempre, rebosando de alegría, sonriendo, besándome, abrazándome, celándome.
¿Y que si hoy me miento? porque me siento feliz, estoy contento, y sin tus labios, y sin tus brazos, que tanto quiero, pero no tengo.
¿Y que si no tengo miedo? me doy al futuro, incierto, por cierto, tal vez con un rumbo, pero solo y sin meta.
¿Y que si ya no te lloro? quizás el diluvio pasó, limpió los campos, y ayudó a la siembra, que dicho sea de paso, no viene mal de vez en cuando una llovizna.
¿Y que si hoy sólo quiero verte? ver tu cuerpo, con toda su gracia, tus ojos, y en punta una lágrima, y tu boca, hablándome quieta y sin decir palabra.
¿Y que si cambiaron los puntos cardinales? si hoy no estas en mi norte, y el sol sale por otro lado, oculto, lejano, latente, y aún sin alcanzarme.
¿Y que si desvarío? Si ni yo me entiendo, tan sólo suelto palabras al aire, que escapan de mis dedos, sin pistas, sin pautas, y sin argumentos.
¿Y que si tan sólo no se que decirte? Enmudezco, me callo, sonrío, porque quise ser calor y me queme en el frío de tus palabras, te miro, y miro el vació.
¿Y que si sos, fuiste y serás? ¿Y que si ni soy, ni fui, ni seré? ¿Y que si ni se lo que digo?
¿Y que si hoy te miento?...

3.10.04

Hoy te extraño...

Hoy extraño aquel invierno frío, aquella ansiosa espera en el sillón junto al calor del hogar, el sonido aún extraño de tu voz, esa música que me transportaba a una primavera especial, rodeada del ladrido de los perros, el sonido de un motor, el color de la arena, y el aroma del mar. Extraño no dormir luego de trasnocharme por teléfono, pensando en tantas cosas, y tal vez en nada, nada mas. Extraño esa magia, el sonido de un mensaje que acaba de llegar, extraño tu te extraño, sin importar las pocas horas que acababan de pasar. Tus risas, tus palabras, tus cosquillas, tus abrazos que aún no me ibas a dar. Extraño lo extraño que me acababa de pasar. Extraño ese besar hablándote, ese abrazar soñándote, ese silencio lleno de nada mas. Extraño ese momento en que descubrí lo feliz que es la felicidad. Extraño ese momento en que ninguno de los dos, éramos ninguno de los dos… extraño ese momento que pasó, y que nos apuramos en dejar pasar.