5.4.05

Dos sin rumbo fijo


Ellas dos se sientan solas, cada mañana, a hojear bocetos de realidad. Como si nada pasa el tiempo, adornado con un par de comentarios sin color. Bajo el brazo, la conciencia espera impaciente su hora. Bajo los pies, la modestia, pegoteada en la suela del zapato. La ruina se asemeja en sus caras. El disparate mancha la mesa, entre gotas de café. Reflejado en el cristal del fondo, se ve una oportunidad. Una oportunidad sin nombre, sin dueño, pero con ganas de vida, con ganas de ser. Y a lo lejos… A lo lejos pasa el tiempo, sobre ruedas, apurado por llegar. Desde allá todo el acá sobra. Desde acá, todo es allá. El precipicio al ras del suelo asoma la cabeza, para ver si hoy come. Pero con ellas no se sabe. La desdicha y la desgracia pueden cambiar de rumbo sin avisar.