28.5.05

Aprendiendo el final

El viento norte se ocupaba de que los árboles guardaran su silencio para después. Las flores del jardín aprendían maravilladas lo fácil que es bailar. El cielo se vestía de uniforme, listo para emprender su marcha ancestral. Yo me desplomaba en el suelo, entre telarañas, y comenzaba a llorar. La tierra anunciaba un llanto, con su olor a humedad. El aire reía en silencio, como cuando no se debe ni respirar. El brillo de dos colores flotando sobre mi cabeza me sacó de mi mundo. De un salto me levanté y comencé a flotar a su lado, para ver que mas. Y en el aire una oruga sonreía, porque llegó el día de su muerte, el día en que aprendió a volar. Y en un aleteo caí rendido desde esa altura, y mi cuerpo quedó inerte sobre el suelo, y yo desde lo alto me sentí tan libre, y comprendí enseguida, que aprendí a volar.